En nuestras tardes de lectura de cuentos clásicos, rompimos con lo tradicional a través de:
Parece el típico relato de los chanchitos vagos pero apenas sopla el lobo, cambia la historia...
"Se salieron del cuento." |
"Hacen un avión con el lobo. El lobo quedó doblado, ¡pobre! " |
"Entra un gato real. Tiene color de piel." |
"Van a contar más historias..." |
Y el cuento ya no es el siempre conocido, y sorprende hasta el final. Que no lo podemos contar!
También leímos: “Los Tres Cerditos”, de Roald Dahl. (En "Cuentos en Verso para niños perversos".)
Otra historia "cambiada" de la clásica versión. Pero esta es más "sangrienta"... porque incluye a una Caperucita asesina y ventajera.
Y para cerrar, “Un oso”, de Anthony Browne.
Es un cuento con un oso dibujante que se venga de los villanos de los cuentos, hasta que se encuentra con amigos: los 3 osos de Ricitos de Oro.
Entre sus páginas, aparecen objetos de los cuentos clásicos, como una manzana, por ejemplo. "Porque era otro cuento, eran como 2 cuentos", acotan los chiquitines; y otro afirma: "A los osos no les hace nada porque son como él."
Entre sus páginas, aparecen objetos de los cuentos clásicos, como una manzana, por ejemplo. "Porque era otro cuento, eran como 2 cuentos", acotan los chiquitines; y otro afirma: "A los osos no les hace nada porque son como él."
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